Desde edades muy tempranas nos intentan acercar el universo que tenemos fuera de nuestro planeta Tierra. Que es una inmensidad de temas relacionados con física, química y desde hace un poco mas de 100 años, con física cuántica. Por supuesto, no solo con estas disciplinas, sino con muchísimas más, que van desde la biología, geología, termodinámica y otras de corte antropológico como historia, filosofía y obviamente teología, y así, otras, en las cuales podemos encontrar relación directa e indirecta con la astronomía y las ciencias del espacio.

Apaga la luz, eleva la mirada y asómate al universo en una noche estrellada.

Alberto Corral

Por ello resulta curioso, que en la formación académica convencional que recibimos en primaria, a duras penas se hable de sistema solar, reconociendo a los planetas en su orden, pero sin estimar distancias y tamaños entre ellos, ni las características propias de cada uno o sus orígenes con deidades y hasta con los mismos días de la semana.

Los movimientos propios del planeta Tierra

Pero sin una relación a las estaciones del año, el desplazamiento de las estrellas en el firmamento o la creación de los calendarios y los cambios que sufrieron para ajustarse a los movimientos de los cuerpos celestes. otro tema propio de las clases impartidas en ciencias sociales o ciencias naturales son las fases de la Luna, Donde el tema principal es distinguir las fases, pero sin reconocerlas en el firmamento, ni entender la mecánica celeste detrás de ella, para regular cosas como: las mareas, la sincronía con la rotación del planeta o los tan enigmáticos eclipses, donde el común de las personas cree, que se presentan después de muchos años, cuando en realidad tenemos cuatro o algunas veces cinco por año, en algunos casos se hablará de la llegada de la humanidad a la superficie lunar, pero, solo con la misión Apolo 11, omitiendo las otras 5 misiones exitosas o la inversión económica, intelectual y de recurso humano para haber logrado tal hazaña. Se nombrará uno que otro pensador que haya hecho aportes al entendimiento del cielo como: Nicolas Copérnico, Galileo Galilei o Isaac Newton, pero lejos de saber sobre Aristarco de Samos o Eratóstenes de Cirene Johannes Kepler, Tycho Brahe, Edmund Halley, William Herschel y ni hablar de las mujeres cuyos títulos y trabajos no son tan conocidos, como ellos habrá cientos de pensadores entre: matemáticos, naturalistas, filósofos, clérigos y astrónomos qué develaron el firmamento y de los cuales no se habla sobre sus obras ni de sus nombres por mas mínimo que haya sido su contribución. En bachillerato se puede ver como el acercamiento se limita a algo de óptica y la relación con los telescopios, pero solo los refractores, haciendo ejercicios con el juego de las lupas a cada extremo de un tubo de cartulina. La gravedad, pero como variable en las ecuaciones como aceleración de los cuerpos en caída libre o tiro parabólico en las clases de física y cinemática, pero más allá de cómo funciona o por qué hace parte de una de las fuerzas fundamentales que rige el universo, no. Quizás se habrá uno que otro tema que se imparte en los colegios y se nos escapa comentarlo aquí. Pero con seguridad, si se ha dictado, se habrá echo de la manera mas somera A lo que vamos con todo esto es que: si se continua dando temas de formación académica de manera aislada a la astronomía, se perderá la oportunidad de clarificar algunos fenómenos naturales, los cuales observa o experimenta a lo largo de la vida cotidiana de cualquier individuo, pasando de manera desapercibida y sin entendimiento, como le habrá pasado a alguien que se pregunte algo tan trivial como: ¿Por qué los nombres de los días de la semana tienden a parecerse a los nombres de algunos astros del cielo? O ¿Por qué la Luna no solo se ve en la noche sino en el día también? Con una formación solida de cultura científica, y con la astronomía como fuente transversal, se lograría no solo dar respuesta al mundo que nos rodea, si no que permitiría ser un puente entre aprender y descubrir ese universo del cual también los seres humanos junto a su intelecto hacen parte. Es imperativo relacionar la astronomía con la formación académica de cualquier persona, pues en esta hallará respuestas a los creencias de las civilizaciones, a la organización que tuvieron a partir de los calendarios fabricados con el movimiento de los cuerpos celestes, al cambio que sufre la materia y la energía, a tal punto en el cual se ha podido hallar, que los elementos presentes en cualquier ser humano u objeto alrededor, se fraguó en el interior de las estrellas y en las explosiones de estas al culminar sus etapas de vida, a la innovación de instrumentos que permitieran ver más allá hasta donde los ojos penden ver, o por increíble que parezca llegar a la Luna y a otros planetas, como también, hasta los confines del sistema solar. Tratar de introducir en este texto todas las situaciones en donde la astronomía podría dar luz a preguntas cotidianas o esclarecer el origen de nuestra sociedad y el ímpetu por escudriñar el universo, sería demasiado extenuante. Pero no lo suficiente para agotar el ímpetu que tiene la humanidad para aprender y seguir descubriendo el universo. Para el colegio Alvernia Bilingüe y su propuesta educativa de tener un centro astronómico como parte de la formación de sus estudiantes, es apostar a un modelo de educación con mayor alcance e impacto para el entendimiento del mundo natural y del universo.